En
1750 la mayoría de los conventos hidalguenses ya no eran de franciscanos o
agustinos, sino que habían pasado a manos del clero secular, es decir,
sacerdotes que no pertenecían a ninguna orden y que no obedecían a otro
superior que no fuera el arzobispo de México.
Pedro
Romero de Terreros se convierte en la figura clave para el nuevo auge minero
que vivió la Nueva España en la segunda mitad del siglo XVII. Él realizó un
préstamo a la corte de Madrid de un millón de pesos y además le regaló dos
navíos de guerra, uno de los cuales disponía de 112 cañones. Como premio a sus
obsequios y a su contribución para levantar la decaída economía de España, el
rey le otorgó el título nobiliario de primer Conde de Regla en 1769. De las
muchas haciendas que mandó construir, sus favoritas fueron siempre las que se
conocen como San Miguel, San Antonio y Santa María Regla (ubicadas en Huasca), donde se beneficiaba
el mineral extraído de Real del Monte y donde murió en 1781.
Los
obreros de la veta Vizcaína, amenazaron el 28 de julio de 1766 con suspender
sus labores si no eran atendidas sus demandas. Como las autoridades no les
hicieron caso, el 15 de agosto se lanzaron a la huelga, ésta se considera como
la primera de América y duró poco tiempo porque los trabajadores se vieron
obligados a retomar las minas, mientras que los principales causantes de ella fueron
a dar a la cárcel.
Fuente: Enciclopedia del Estado de Hidalgo
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